Volvió a enviar el Buitre (Hugo Andrei Buitrago)... un antipoema
Apareció entonces el paisaje soñado:
La ciudad desnuda que se deshace
ante la imagen del sol muriendo,
las flores marchitas,
la luz del sol acariciando los últimos
edificios que se desmoronaban a su paso;
la última golondrina cayendo
lentamente,
como en final de película,
las plumas flotando hacia el suelo,
acariciando su rostro,
y el ángel pronunciando
su sentencia.
martes, 24 de marzo de 2009
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