Volviendo mis pasos por Buenos Aires... Uno de Borges
Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta
ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso
y tácito de niña,
ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios
serán favor tan misterioso
como mirar tu sueño implicado
en la vigilia de mis brazos.
Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria
del sueño,
quieta y resplandeciente como una dicha que
la memoria elige,
me darás esa orilla de tu vida que tu misma no tienes.
Arrojado a quietud,
divisaré esa playa última de tu ser
y te veré, por vez primera, quizá,
como Dios ha de verte,
desbaratada la ficción del Tiempo,
sin el amor, sin mí.
miércoles, 20 de abril de 2011
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1 comentario:
¿cómo le va? recorra un poco más estas calles porteñas y digame a quien siente que le escribió Borges este poema. Amo la frase referida a la virtud absolutoria del sueño.
Gracias por la dedicación del otro día.
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