Un poema de Andrés Elías Flórez Brum, un amigo escritor colombiano que se la ha jugado toda por la literatura y que me golpeó como si yo también fuera una presa fácil.
Este que ahora ven
militante de corbata y saco,
líder de proyectos
y otros fantasmas del deber
en las nimias batallas de escritorio:
que también fue animal de
mil lecturas
en las más largas noches del espíritu;
solitario y solidario se bebió la juventud
en esa rara mezcla de licores.
Este que ahora ven
boceto y carne de cañón entre las prisas
cantando la poesía que le queda
con los dedos; en otrora astrónomo
felizmente venido a menos
por encontrar unos ojos
(aún su más caro descubrimiento):
que también es animal de mil venturas
en los más largos días de la carne
presidiario y mercenario por pagar la sensatez
a un magro patrimonio de valores.
Este que ahora ven
de pequeña barriga y tirando a calvo
en el espejo también es el otro
paternidad caída
presa fácil de la locura y la belleza
Al menos aquí
en medio del desamparo
tuve un testigo:
me tuve a mi mismo,
sin ser la marioneta colgada de una historia
ni la parafernalia literaria entre concursos y limosnas.
miércoles, 26 de octubre de 2011
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1 comentario:
Muy poderosa esa declaración de tener un testigo, uno mismo. Gracias por compartirlo.
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