No se por qué le dio al Buitre, uno de los tres lectores de este blog que me escribe, por decir que andaba muy REINE MARÍA RILKE... parece que así era. Aquí les regalo este día de otoño que me entregó Hugo cuando apenas las hojas empiezan a caer.
Señor: es hora. Largo fue el verano.
Pon tu sombra en los relojes solares,
y suelta los vientos por las llanuras.
Haz que sazonen los últimos frutos;
concédeles dos días más del sur,
úrgeles a su madurez y mete
en el vino espeso el postrer dulzor.
No hará casa el que ahora no la tiene,
el que ahora está solo lo estará siempre,
velará, leerá, escribirá largas cartas,
y deambulará por las avenidas,
inquieto como el rodar de las hojas.
miércoles, 15 de octubre de 2008
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