Un cuento breve del escritor colombiano Luis Fayad
La mujer le dejó saber con la mirada que quería decirle algo. Leoncio accedió, y cuando ella se apeó del bus él la siguió. Fue tras ella a corta pero discreta distancia, y luego de alejarse a un lugar solitario la mujer se volvió. Sostenía con mano firme una pistola. Leoncio reconoció entonces a la mujer ultrajada en un sueño y descubrió en sus ojos la venganza.
–Todo fue un sueño –le dijo–. En un sueño nada tiene importancia.
La mujer no bajó la pistola.
–Depende de quién sueñe.
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