El sombrero y el chaleco olvidados en el piso. Pronto un pie distraído dejará inservible al primero y su huella en el segundo.Las gotas de sudor y saliva caen cada vez en el piso de madera manchado con los fluidos de otros cientos. La protuberancia es notable y el rastro del líquido viril se evidencia en el pantalón. El rechinar de la madera es cada vez más agudo con el va y ven oscilante y columpiado. La lengua lasciva se escurre por sobre la barba. Hay lágrimas en el mismo recorrido.
En la cabecera, el letrero:
"H.A. Condenado a la horca por el vil homicidio del ilustrísimo señor Don Ricardo de Ávila, patriarca fundador".
Las aves de rapiña vuelan en círculos...
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