lunes, 13 de agosto de 2007

Variaciones de un dinosaurio

¿Te animas a seguir la saga?

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. (Augusto Monterroso)

Cuando despertó, suspiró aliviado: el dinosaurio ya no estaba allí. (Pablo Urbany)

Y cuando despertó, el dinosaurio seguía allí. Rondaba tras la ventana tal y como sucedía en el sueño. Ya había arrasado con toda la ciudad, menos con la casa del hombre que recién despertaba entre maravillado y asustado. ¿Cómo podía esa enorme bestia destruir el hogar de su creador, de la persona que le había dado una existencia concreta? La criatura no estaba conforme con la realidad en la que estaba, prefería su hábitat natural: las películas, las láminas de las enciclopedias, los museos... Prefería ese reino donde los demás contemplaban y él se dejaba estar, ser, soñar.

Y cuando el dinosaurio despertó, el hombre ya no seguía allí. (Marcelo Báez)

Le pregunté a la culta dama si conocía el cuento de Augusto Monterroso titulado
“El dinosaurio”.
Ah, es una delicia – me respondió – ya estoy leyéndolo. (José de la Colina)

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