jueves, 28 de febrero de 2008

Otra del Buitrago

El sombrero y el chaleco olvidados en el piso. Pronto un pie distraído dejará inservible al primero y su huella en el segundo.Las gotas de sudor y saliva caen cada vez en el piso de madera manchado con los fluidos de otros cientos. La protuberancia es notable y el rastro del líquido viril se evidencia en el pantalón. El rechinar de la madera es cada vez más agudo con el va y ven oscilante y columpiado. La lengua lasciva se escurre por sobre la barba. Hay lágrimas en el mismo recorrido.

En la cabecera, el letrero:

"H.A. Condenado a la horca por el vil homicidio del ilustrísimo señor Don Ricardo de Ávila, patriarca fundador".

Las aves de rapiña vuelan en círculos...

lunes, 25 de febrero de 2008

Marguerite Yourcenar

Dos fragmentos que el fauno Buitrago regala justo hoy cuando las palabras me tienen abandonado.

De la novela Memorias de Adriano

"En aquel mito situado en los confines del mundo volvía a encontrar las teorías filosóficas que había hecho mías: cada hombre está eternamente obligado, en el curso de su breve vida, a elegir entre la esperanza infatigable y la prudente falta de esperanza, entre las delicias del caos y las de la estabilidad, entre el Titán y el Olímpico. A elegir entre ellas, o a acordarlas alguna vez entre sí."

"No me interesaba una filosofía de la libertad humana (todos los que la intentan me hastían) sino una técnica: quería hallar la charnela donde nuestra voluntad se articula con el destino, donde la disciplina secunda a la naturaleza en vez de frenarla."

De la novela Opus Nigrum

"Al llegar el mediodía, se durmió acostado boca abajo en un hueco formado en la arena, con la cabeza apoyada en el brazo y la lupa, que había resbalado de su mano, reposando debajo de él sobre una mata seca. Al despertar, creyó percibir contra su rostro a un bicho extraordinariamente inmóvil, insecto o molusco, que se movía en la sombra. (...) Una vida casi pavorosa habitaba en aquella cosa frágil”.

jueves, 21 de febrero de 2008

Las hermanas

Un fragmento de Dublineses del gran Joyce. Dan ganas de leer el cuento completo, no?

No había esperanza esta vez: era la tercera embolia. Noche tras noche pasaba yo por la casa (eran las vacaciones) y estudiaba el alumbrado cuadro de la ventana: y noche tras noche lo veía iluminado del mismo modo débil y parejo. Si hubiera muerto, pensaba yo, vería el reflejo de las velas en las oscuras persianas, ya que sabía que se deben colocar dos cirios a la cabecera del muerto. A menudo él me decía: "No me queda mucho en este mundo", y yo pensaba que hablaba por hablar. Ahora supe que decía la verdad. Cada noche al levantar la vista y contemplar la ventana me repetía a mí mismo en voz baja la palabra parálisis. Siempre me sonaba extraña en los oídos, como la palabra gnomo en Euclides y la palabra simonía en el catecismo. Pero ahora me sonó a cosa mala y llena de pecado. Me dio miedo y, sin embargo, ansiaba observar de cerca su trabajo maligno.

lunes, 18 de febrero de 2008

Jazz del solitario

Federico Diaz Granados. Un poeta, un amigo, que más puedes pedir

“La moneda cayó por el lado de la soledad”
ANDRÉS CALAMARO


El día de la creación
tendré semillas tuyas entre mis manos
y te dispersaré en el fértil territorio de cielos abolidos
o en la voz que persigue otras luces, otros fulgores.
Busca entonces la dirección de la guerra
no importa que tu ausencia sea del tamaño de la muerte
te buscaré al otro lado de la noche
cuando regresemos de esta estación de adioses que es la vida.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Ausencia

Cuando no se es poeta, al menos un buen poeta, se hacen boleros, aunque no sean buenos boleros.


Regálame el dolor de tu ausencia
Y una noche sin el eco de tus sueños
Dale a mi alma el consuelo de tu partida
Aunque no haya lágrimas para pagar el precio
Y quítame los amaneceres en silencio
Y el alcohol para lavar mis heridas
Que este corazón ya no soporta
Tanto amor enclavado en medio del pecho
Y que la distancia se coma los recuerdos
Para que no tenga que ver más tus ojos negros
Que esa noche traicionaron mi memoria
Jugando al amor con el extraño del espejo.

lunes, 11 de febrero de 2008

Consejos del gran Chejov

A continuación reproduzco algunos apartes del cuaderno de apuntes y de la correspondencia del escritor ruso Antón Chejov (1860-1904). Las cartas están dirigidas a sus amigos, entre los que se encuentran dos de los grandes maestros de la literatura rusa, Maksim Gorki y Lev Tolstoi. La selección y traducción es de Antonio Ungar.

Dios mío, no dejes que juzgue o hable o escriba acerca de algo que no conozca o no comprenda.
(De los cuadernos de apuntes de Chejov)


Escriba sobre cualquier tema, alegre o triste, bien o mal. Haga relatos, bocetos, anécdotas, agudezas, chascarrillos, etc., etc. Equivóquese, es la única forma de aprender.
(Carta a María Kiseliova, Moscú, 29 de septiembre de 1886)


No pulir ni limar demasiado. Hay que ser espontáneo y audaz. La brevedad acompaña siempre al talento.
(Carta a Aleksandr Chéjov, Moscú, 11 de abril de 1889).


Lo he visto todo. Sin embargo ahora no se trata de qué he visto, sino de cómo lo he visto.
(Carta a Alekséi Suvorin, Vapor Baikal, Estrecho de Tartaria, 11 de septiembre de 1890)


El arte tiene una grandeza particular: no tolera la mentira. Se puede mentir en el amor, en la política, en la medicina. Siempre se puede engañar a la gente. Incluso a Dios. Pero en el arte no se puede mentir.
(Carta sin fecha ni destinatario)


Las descripciones de la naturaleza deben ser breves y deben tener un propósito definido. Se deben evitar lugares comunes como "El sol poniente, sumergiéndose en las olas ya oscuras del mar, inundaba de un color oro violeta, etc., etc.’ o ‘Las golondrinas, volando sobre la superficie del agua, piaban alegres’. En las descripciones de la naturaleza hay que fijarse en los detalles mínimos y agruparlos de tal manera que el lector, cerrando los ojos, pueda ver el cuadro completo delante de él. Por ejemplo, podré comunicar la impresión de una noche de luna si escribo que en el dique del molino una botella centelleaba como una radiante estrella y la sombra de un perro o de un lobo se arrastraba como una peonza, etc. La naturaleza se vuelve animada siempre que no se apele a comparaciones entre sus manifestaciones y las acciones humanas.
(Carta a Aleksandr Chéjov, Moscú, 10 de mayo de 1886).


También en el campo de la psique son necesarios los detalles. También aquí, Dios de guarde de los lugares comunes. Lo mejor que se puede hacer es no describir el estado de ánimo de los personajes: hay que buscar que el lector lo deduzca de sus acciones.
(Carta a Aleksandr Chéjov, Moscú, 10 de mayo de 1886).


¿Qué se puede hacer con los detalles? Hay que sacrificarlos al conjunto. Lo exigen razones de orden físico: al escribir hay que tener presente que los detalles, por muy interesantes que sea, cansan la atención del lector.
(Carta a Yelena Shavrova, Serpujov, 22 de noviembre de 1894)


Debe describir a las mujeres de tal manera que el lector crea que no tiene usted la corbata puesta, que tiene el chaleco desabotonado. Y lo mismo vale para la naturaleza. Permítase un poco de libertad.
(Carta a Aleksandr Lázarev-Gruzinski, Moscú, 20 de octubre de 1888)


Alguna vez le dije que uno debe ser indiferente cuando escribe historias patéticas. Pero usted no me entendió. Puede, si quiere, llorar o gemir con un cuento. Puede sufrir por sus personajes, pero me parece que debe hacerlo de tal manera que el lector no se de cuenta. Cuando mayor sea su objetividad, más fuerte será la impresión que cause. Eso es lo que quería decir.
(Carta a Lidia Avílova, Mélijovo, 29 de abril de 1892)


Solo sé escribir basándome en mis recuerdos: nunca he escrito directamente, del natural. Necesito que mi memoria decante el motivo y que en ella, como en un filtro, solo quede lo que es importante y necesario.
(Carta a Fiódor Bátiushkov, Niza, 15 de diciembre de 1897)


‘Con todo y eso’ y ‘A medida que’ son expresiones inventadas por funcionarios. Cuando leo esas frases, escupo de asco. Me resulta especialmente repugnante el modo en que escribe la juventud. Un estilo oscuro, frío y sin elegancia. Esos hijos de puta escriben como si yacieran en un ataúd.
(Carta a Alekséi Suvorin, Mélijovo, 24 de agosto de 1893)


Tiene usted un defecto: en sus cuentos no se atreve a dar libertad a su carácter. Tiene miedo de los impulsos y de los errores, es decir precisamente de aquello en lo que se reconoce el talento. Corrige y pule demasiado, todo lo que le parece atrevido o brusco se apresta a encerrarlo entre paréntesis y comillas ¡Por amor de Dios, déjese de paréntesis y comillas! Para los incisos existe un signo estupendo, el doble guión. Las comillas las utilizan dos tipos de escritores: los tímidos y los que no tienen ingenio. Los primeros se asustan de su audacia y originalidad. En cuanto a los segundos, cuando encierran una palabra entre comillas, quieren decir con ello: ‘¡Fíjate lector qué palabra tan audaz, original y novedosa he acuñado!’
(Carta a Aleksandr Lázarev-Gruzinski, Moscú, 20 de octubre de 1888)

viernes, 8 de febrero de 2008

Una rosa para Emilia

ah! las descripciones de Faulkner


Se pusieron de pie cuando ella entró, una mujer baja, gorda, de negro, con una fina cadena de oro que le bajaba hasta el talle y se perdía en la cintura, apoyada en un bastón de ébano con puño de oro opaco. Su esqueleto era pequeño y menudo; quizá por eso lo que hubiese sido mera robustez en otra, era obesidad en ella. Parecía hinchada, como un cuerpo largamente sumergido en agua inmóvil y con la misma tez pálida. Los ojos, perdidos en los repliegues adiposos de la cara, parecían dos pedacitos de carbón metidos en un bollo de masa, pasando de una cara a otra mientras los visitantes exponían su misión.

martes, 5 de febrero de 2008

Caminantes

Un pequeño fragmento de un texto mío, en proceso. Obra en marcha.


No hablas. Solo mueves las manos mientras el sonido del teclado te va dejando un tic tac en los oídos que no desaparece nunca. Todo tu mundo se reduce a la pantalla del computador que te trae sexo, música, libros gratis y hasta la comida a domicilio que cancelas con tu tarjeta de crédito virtual. Tu banco no volvió a saber de ti aunque regularmente crece el saldo con las palabras que vendes a esas revistas cuyos lectores no conoces. Ellos tampoco te conocen. No hay foto en tu hoja de vida aunque hace tiempo dejaste de creer que la cámara roba parte de nuestras almas con cada disparo. Tienes página web, blog y varios correos electrónicos. Estás suscrito a todos los periódicos importantes y al despertar es lo primero que lees. Titulares. Titulares y fotos. Titulares, fotos y declaraciones a través del Real Audio. Uno que otro video. Bajas tu música gratis y ya tienes una colección que envidiaría cualquier melómano de oficio. No hablas pero escuchas ese tic tac del teclado que pareciera no desaparecer nunca. Y escribes. Y es como si hablaras pero tus labios jamás se mueven. Las palabras se agolpan en la pantalla y aunque viajan sin tono, se hacen acompañar de signos que le dan esa inflexión que necesitas y que sólo tu gente entendería. Gente que tampoco conoces y que han caído como tú en el azar de los encuentros. Cada vez estás más solo. Aquellos con quienes acompañabas los viernes también cayeron en la trampa y sólo conversas con ellos en el facebook o en el Messenger. Puro chat. Y las manos ya no te tocan. Ni siquiera la de aquella novia lejana a la que convenciste desnudarse frente a la cámara de video. Y sus manos eran tus manos. Y se acariciaba los senos y los labios. Y te veía y tú la veías. Y eventualmente ella le subía el volumen al micrófono para dejar volar esos griticos que siempre te gustaron en vivo y en directo. Sexo aséptico. Pero no te sientes solo. Te has acostumbrado a este nuevo mundo en el que incluso el lenguaje te va enseñando cada día nuevos signos que vas incorporando a la memoria de tus dedos :-) Porque son ellos los que hablan :-O y tus ojos los que escuchan :-P porque en tus oídos sólo queda el tic tac del teclado que parece no desaparecer nunca :-S.