lunes, 5 de enero de 2009

Johnny cogió su fusil

Dalton Trumbo es gringo y me acaba de convencer con este texto (y con el argumento). Aquí les va el fragmento que encontré en el poder de la palabra. Siempre se me olvidan las formalidades... pero hoy voy a hacer caso omiso del olvido. Feliz Año lectores desconocidos.

No existe nada noble al morir. Ni siquiera cuando mueres por honor. Ni siquiera cuando mueres como el mayor héroe que el mundo haya visto. Ni siquiera cuando eres tan grande que tu nombre nunca será olvidado y quién es así de grande? Lo más importante es su vida muchachos. Ustedes no son nada muertos, excepto para los discursos. No los dejen burlarse más. No pongan atención cuando les den palmadas en los hombros y les digan, ven con nosotros tenemos que pelear por la libertad o cualquier palabra que usen, porque siempre hay una palabra. Sólo digan, señor lo siento, no tengo tiempo para morir, estoy muy ocupado y después den la vuelta y corran como si el diablo los siguiera. Si ellos dicen cobarde, no presten atención, porque su trabajo es vivir y no morir. Si ellos hablan sobre morir por los ideales que son más grandes que la vida, ustedes le contestan, señor usted es un mentiroso. Nada es más grande que la vida. No hay nada noble en la muerte. Qué hay de noble en yacer en la tierra y pudrirse. Qué hay de noble en no volver a ver la luz del sol. Qué hay de noble en que te vuelen las piernas y los brazos. Qué hay de noble en ser un idiota. Qué hay de noble en ser ciego y sordo e ignorante. Qué hay de noble en estar muerto. Porque cuando esté muerto señor todo se habrá acabado. Ese es el fin. Será menos que un perro, menos que una rata, menos que una abeja, que una araña, que un gusano blanco arrastrándose en un depósito de estiércol. Usted está muerto señor y murió por nada. Usted está muerto señor. Muerto.

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