Volví. Aunque dudo que muchos me hayan extrañado. Vuelvo por las viejas lides. Estas son las primeras frases del prólogo de esta novela de Manuel Mejía Vallejo. Que buena novela. Un pedazo como para que arranquen a buscarla, porque vale la pena.
Los brazos de la cruz señalan este letrero: José Miguel Pérez. Diciembre de 1936 - Enero de 1960.
Entre las dos fechas hubo una vida sin importancia. Nació porque un hombre dijo a una mujer que lavaba ropa en el río:
-¿Te irías conmigo a cualquier parte?
Y porque la mujer bajó los ojos jugando nerviosa con los dedos. Su resistencia fue apenas una invitación a que el otro la venciera.
Para José Miguel Pérez los dias se hicieron estrechos como el camino del vientre al mundo. A toda hora tuvo que nacer y morir un poco, sin darse cuenta. De niño dijo las palabras de los niños, de hombre hizo lo que los hombres hacen cuando no tienen más remedio.
Cada mañana, su madre -el forastero que la invitara años atrás no volvió- le enseñaba:
- Aprenderás a leer. No ruedes por allí que no hay más calzones.
- Me gusta rodar falda abajo y revolcarme en la arena.
Ella lavaba para gentes del pueblo, él ayudaba a tender la ropa sobre las piedras.
Y aprendió a leer y elevó cometas de papel impreso. Cuando llegaron los gitanos y le dejaron montar un caballo alazán, le sonaron bien los cascos en el pedrero y el rumor del viento en las crines.
- Hay que ser alguna cosa en la vida -le decía su madre al verlo cuidando gallos de riña-. El no entendía eso. Alguna cosa era cada uno de los que pasaban el río, que recorrían las calles del pueblo, que morían bajo los lechos o al aire libre. El deseaba un caballo alazán y galopar en los caminos.
- No quiero hacer mandados a don Jacinto el de la tienda. paga poco y acosa mucho. Así nunca podré comprar un caballo.
- Ser alguna cosa es más importante que un caballo.
- Más importante es un caballo alazán.
martes, 16 de febrero de 2010
viernes, 18 de diciembre de 2009
Murió mi hermano
Luis Arturo Viña Pardo (Diciembre 10, 1969 - Diciembre 15, 2009)
Se murió mi hermano. No volveremos a jugar a los vaqueros en el inmenso jardín de la abuela. No habrá más matinales. No jugaremos más a ser casanovas en las fiestas de quinceañera ni a ser hombres en los bares de la veinteañez. No habrá más tertulia ni canto ni guitarra. No más serenatas a las novias. No habrá más kilómetros por recorrer en los carros viejos buscando nuevos sueños. No habrá más novenas de aguinaldo con nuestros hijos ni más recorridos en cicla con nuestros gordos cuerpos. No más vida. Se murió mi hermano. Me lo mataron... y con él, nos mataron a todos. Y me mataron a mi. Me mataron mi corazón, mis noches y mis madrugadas, mataron mi canto y mi guitarra y me mataron mi alma que sólo soñará con el reencuentro.
Se murió mi hermano. No volveremos a jugar a los vaqueros en el inmenso jardín de la abuela. No habrá más matinales. No jugaremos más a ser casanovas en las fiestas de quinceañera ni a ser hombres en los bares de la veinteañez. No habrá más tertulia ni canto ni guitarra. No más serenatas a las novias. No habrá más kilómetros por recorrer en los carros viejos buscando nuevos sueños. No habrá más novenas de aguinaldo con nuestros hijos ni más recorridos en cicla con nuestros gordos cuerpos. No más vida. Se murió mi hermano. Me lo mataron... y con él, nos mataron a todos. Y me mataron a mi. Me mataron mi corazón, mis noches y mis madrugadas, mataron mi canto y mi guitarra y me mataron mi alma que sólo soñará con el reencuentro.
lunes, 14 de diciembre de 2009
Canción de otoño
Paul Verlaine
Los sollozos más hondos
del violín del otoño
son igual
que una herida en el alma
de congojas extrañas
sin final.
Tembloroso recuerdo
esta huida del tiempo
que se fue.
Evocando el pasado
y los días lejanos
lloraré.
Este viento se lleva
el ayer de tiniebla
que pasó,
una mala borrasca
que levanta hojarasca
como yo.
Los sollozos más hondos
del violín del otoño
son igual
que una herida en el alma
de congojas extrañas
sin final.
Tembloroso recuerdo
esta huida del tiempo
que se fue.
Evocando el pasado
y los días lejanos
lloraré.
Este viento se lleva
el ayer de tiniebla
que pasó,
una mala borrasca
que levanta hojarasca
como yo.
miércoles, 9 de diciembre de 2009
El viento, el viento alto
Pessoa... en silencio
El viento, alto en su elemento
Me hace más solo -no me estoy
Lamentando, él se tiene que lamentar.
Es un sonido abstracto, insondable
venido del elusivo fin del mundo.
Profundo es su significado.
Me habla el todo inexistente en él,
Cómo la virtud no es un escudo, y
Cómo la mejor es estar en silencio.
El viento, alto en su elemento
Me hace más solo -no me estoy
Lamentando, él se tiene que lamentar.
Es un sonido abstracto, insondable
venido del elusivo fin del mundo.
Profundo es su significado.
Me habla el todo inexistente en él,
Cómo la virtud no es un escudo, y
Cómo la mejor es estar en silencio.
jueves, 3 de diciembre de 2009
Ulises
No soy poeta... al menos bueno, pero hoy me dio por publicar el único escondido entre las carpetas... Perdonen la impertinencia.
La oscuridad inició el viaje
y no sabe de regresos.
Los cantos de sirena callan
ante el silencioso estruendo de la derrota
y en cubierta
abandonados
los sueños agonizan
lejos del campo de batalla.
Penélope hasta ahora entrelaza los primeros hilos.
Ítaca aún no sospecha que tu camino a casa
será el capricho de un poeta
que inventará la leyenda de tus pasos.
Tendido
sin el recuerdo de los cíclopes
respirarás la noche.
La oscuridad inició el viaje
y no sabe de regresos.
Los cantos de sirena callan
ante el silencioso estruendo de la derrota
y en cubierta
abandonados
los sueños agonizan
lejos del campo de batalla.
Penélope hasta ahora entrelaza los primeros hilos.
Ítaca aún no sospecha que tu camino a casa
será el capricho de un poeta
que inventará la leyenda de tus pasos.
Tendido
sin el recuerdo de los cíclopes
respirarás la noche.
lunes, 30 de noviembre de 2009
José Emilio Pacheco
Tres poemas de este mexicano que acaba de recibir el premio Cervantes, el más importante de la lengua española.
Mar eterno
Digamos que no tiene comienzo el mar
Empieza donde lo hallas por vez primera
y te sale al encuentro por todas partes
A quien pueda interesar
Que otros hagan aún
el gran poema
los libros unitarios
las rotundas
obras que sean espejo
de armonía
A mí sólo me importa
el testimonio
del momento que pasa
las palabras
que dicta en su fluir
el tiempo en vuelo
La poesía que busco
es como un diario
en donde no hay proyecto ni medida.
Alta traición
No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
-y tres o cuatro ríos.
Mar eterno
Digamos que no tiene comienzo el mar
Empieza donde lo hallas por vez primera
y te sale al encuentro por todas partes
A quien pueda interesar
Que otros hagan aún
el gran poema
los libros unitarios
las rotundas
obras que sean espejo
de armonía
A mí sólo me importa
el testimonio
del momento que pasa
las palabras
que dicta en su fluir
el tiempo en vuelo
La poesía que busco
es como un diario
en donde no hay proyecto ni medida.
Alta traición
No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal)
daría la vida
por diez lugares suyos,
cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
fortalezas,
una ciudad deshecha,
gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
-y tres o cuatro ríos.
Poemas de amor (9)
Porque a veces es rico ser meloso, aquí les va uno de Darío Jaramillo.
Vana memoria que no puede traerte desde lejos,
que no te vuelve carne, risa gentil o canto.
Vana memoria mía incapaz de abrazar lo más mío,
incapaz de acariciar tu piel distante,
vana y obsesiva memoria que solamente alcanza a repetirme por quién vivo,
que respiro por este amor invulnerable y sin rutinas.
También ausente eres mi presencia más cálida,
mi más pura nostalgia.
Vana memoria que no puede traerte desde lejos,
que no te vuelve carne, risa gentil o canto.
Vana memoria mía incapaz de abrazar lo más mío,
incapaz de acariciar tu piel distante,
vana y obsesiva memoria que solamente alcanza a repetirme por quién vivo,
que respiro por este amor invulnerable y sin rutinas.
También ausente eres mi presencia más cálida,
mi más pura nostalgia.
jueves, 26 de noviembre de 2009
Nadaista para siempre
Jota Mario Arbeláez
Ahora que mi padre se fue de parranda a la otra cara del
aire, y que mi madre y mis hermanas viven de su retrato y
orgullosas esperan que yo también vaya tomando el tono sepia
de los viejos daguerrotipos,
ahora que tengo bolsillos de sobra para manducar por todos los
hambrientos del mundo y no proveniente de herencias ni de
contrabando de coca mas he perdido el apetito,
ahora que nada me falta sino la desesperación tan querida y
aquella soledad que poblaba mis páginas de criaturas de carne y humo,
ahora que calzo y visto de las vitrinas que me tientan, que bailo y
bebo de las manos y de los pies de las danzarinas incorpórea
incorporadas a mi vida en calidad de serpentinas,
serpentinas de paraíso que no de fiesta ni aquelarre,
ahora que han descendido las gradas de palacios y vaticanos todos
los césares y todos los píos, que han entrado en liquidación
intocables y tradiciones y
que lo único que resta de venerable es el pobre santo de
plomo que hundido en la verdura hasta las narices pone
los huevos de la revolución apoyado en la cruz de su metralleta
bajo tranquilo del avión sin soltarme del pasamanos,
me aventuro por las calles rabiosas de multitud y me hago
perseguir por las miradas ojiverdes de la ley del más fuerte,
hago gimnasia en las esquinas, esquivo los embates del toro,
me hago el loco a término fijo. "
Ahora que mi padre se fue de parranda a la otra cara del
aire, y que mi madre y mis hermanas viven de su retrato y
orgullosas esperan que yo también vaya tomando el tono sepia
de los viejos daguerrotipos,
ahora que tengo bolsillos de sobra para manducar por todos los
hambrientos del mundo y no proveniente de herencias ni de
contrabando de coca mas he perdido el apetito,
ahora que nada me falta sino la desesperación tan querida y
aquella soledad que poblaba mis páginas de criaturas de carne y humo,
ahora que calzo y visto de las vitrinas que me tientan, que bailo y
bebo de las manos y de los pies de las danzarinas incorpórea
incorporadas a mi vida en calidad de serpentinas,
serpentinas de paraíso que no de fiesta ni aquelarre,
ahora que han descendido las gradas de palacios y vaticanos todos
los césares y todos los píos, que han entrado en liquidación
intocables y tradiciones y
que lo único que resta de venerable es el pobre santo de
plomo que hundido en la verdura hasta las narices pone
los huevos de la revolución apoyado en la cruz de su metralleta
bajo tranquilo del avión sin soltarme del pasamanos,
me aventuro por las calles rabiosas de multitud y me hago
perseguir por las miradas ojiverdes de la ley del más fuerte,
hago gimnasia en las esquinas, esquivo los embates del toro,
me hago el loco a término fijo. "
miércoles, 25 de noviembre de 2009
Hay que vivir sin imposturas...
Recordando a los rusos... qué tal este de Boris Pasternak.
Hay que vivir sin imposturas
Vivir de modo que con el tiempo
Nos lleguemos a ganar el amor del espacio,
y oigamos la voz del futuro.
Hay que dejar blancos
En el destino y no en el papel
y en los márgenes anotar
Pasajes y capítulos de la vida entera.
Debemos sumirnos en el anónimo
Y ocultar en él nuestros pasos
Tal como se oculta el paisaje
Tras una niebla espesa.
Otros siguiendo tus huellas, frescas
Recorrerán tu camino palmo a palmo,
Pero tú mismo no debes distinguir
La derrota de la victoria
No debes renunciar ni a una brizna de ti mismo.
Tú debes estar vivo.
Solamente vivir
Hasta el final.
Hay que vivir sin imposturas
Vivir de modo que con el tiempo
Nos lleguemos a ganar el amor del espacio,
y oigamos la voz del futuro.
Hay que dejar blancos
En el destino y no en el papel
y en los márgenes anotar
Pasajes y capítulos de la vida entera.
Debemos sumirnos en el anónimo
Y ocultar en él nuestros pasos
Tal como se oculta el paisaje
Tras una niebla espesa.
Otros siguiendo tus huellas, frescas
Recorrerán tu camino palmo a palmo,
Pero tú mismo no debes distinguir
La derrota de la victoria
No debes renunciar ni a una brizna de ti mismo.
Tú debes estar vivo.
Solamente vivir
Hasta el final.
lunes, 23 de noviembre de 2009
En alguna corte perdida...
Leyendo a Álvaro Mutis me encontré con este.
En alguna corte perdida,
tu nombre,
tu cuerpo vasto y blanco
entre dormidos guerreros.
En alguna corte perdida,
la red de tus sueños
meciendo palmeras,
barriendo terrazas,
limpiando el cielo.
En alguna corte perdida,
el silencio
de tu rostro antiguo.
¡Ay, dónde la corte!
En cuál de las esquinas del tiempo,
del precario tiempo
que se me va dando
inútil y ajeno.
En alguna corte perdida
tus palabras
decidiendo,
asombrando,
cerniendo
el destino de los mejores.
En la noche de los bosques
los zorros buscan
tu rostro. En el cristal
de las ventanas
el vaho de su anhelo.
Así mis sueños
contra un presente
más que imposible
innecesario.
En alguna corte perdida,
tu nombre,
tu cuerpo vasto y blanco
entre dormidos guerreros.
En alguna corte perdida,
la red de tus sueños
meciendo palmeras,
barriendo terrazas,
limpiando el cielo.
En alguna corte perdida,
el silencio
de tu rostro antiguo.
¡Ay, dónde la corte!
En cuál de las esquinas del tiempo,
del precario tiempo
que se me va dando
inútil y ajeno.
En alguna corte perdida
tus palabras
decidiendo,
asombrando,
cerniendo
el destino de los mejores.
En la noche de los bosques
los zorros buscan
tu rostro. En el cristal
de las ventanas
el vaho de su anhelo.
Así mis sueños
contra un presente
más que imposible
innecesario.
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