martes, 5 de febrero de 2008

Caminantes

Un pequeño fragmento de un texto mío, en proceso. Obra en marcha.


No hablas. Solo mueves las manos mientras el sonido del teclado te va dejando un tic tac en los oídos que no desaparece nunca. Todo tu mundo se reduce a la pantalla del computador que te trae sexo, música, libros gratis y hasta la comida a domicilio que cancelas con tu tarjeta de crédito virtual. Tu banco no volvió a saber de ti aunque regularmente crece el saldo con las palabras que vendes a esas revistas cuyos lectores no conoces. Ellos tampoco te conocen. No hay foto en tu hoja de vida aunque hace tiempo dejaste de creer que la cámara roba parte de nuestras almas con cada disparo. Tienes página web, blog y varios correos electrónicos. Estás suscrito a todos los periódicos importantes y al despertar es lo primero que lees. Titulares. Titulares y fotos. Titulares, fotos y declaraciones a través del Real Audio. Uno que otro video. Bajas tu música gratis y ya tienes una colección que envidiaría cualquier melómano de oficio. No hablas pero escuchas ese tic tac del teclado que pareciera no desaparecer nunca. Y escribes. Y es como si hablaras pero tus labios jamás se mueven. Las palabras se agolpan en la pantalla y aunque viajan sin tono, se hacen acompañar de signos que le dan esa inflexión que necesitas y que sólo tu gente entendería. Gente que tampoco conoces y que han caído como tú en el azar de los encuentros. Cada vez estás más solo. Aquellos con quienes acompañabas los viernes también cayeron en la trampa y sólo conversas con ellos en el facebook o en el Messenger. Puro chat. Y las manos ya no te tocan. Ni siquiera la de aquella novia lejana a la que convenciste desnudarse frente a la cámara de video. Y sus manos eran tus manos. Y se acariciaba los senos y los labios. Y te veía y tú la veías. Y eventualmente ella le subía el volumen al micrófono para dejar volar esos griticos que siempre te gustaron en vivo y en directo. Sexo aséptico. Pero no te sientes solo. Te has acostumbrado a este nuevo mundo en el que incluso el lenguaje te va enseñando cada día nuevos signos que vas incorporando a la memoria de tus dedos :-) Porque son ellos los que hablan :-O y tus ojos los que escuchan :-P porque en tus oídos sólo queda el tic tac del teclado que parece no desaparecer nunca :-S.

1 comentario:

Desdelpupo dijo...

Bien maestro. Buen espejo!